"EL ENIGMA HESS" de Martin Allen. Ed. Planeta. 2.006

El autor publicó previamente "El Rey Traidor", un exitoso ensayo en el cual profundizó la relación entre Eduardo VIII de Inglaterra y los nazis.

A partir de este libro, abordó con sobrados antecedentes, un tema muy singular de la Segunda Guerra Mundial, como fue el sorpresivo salto en paracaidas del número dos de la Alemania nazi, Rudolf Hess en Escocia en 1941, para quedar desde entonces detenido hasta su muerte solitaria en la prisión de Sapandau en agosto de 1987.

Para Allen, durante más de sesenta años "se ha estado tapando con mentiras un secreto político de consecuencias potencialmente devastadoras".

Este secreto, es que en el momento que Gran Bretaña luchaba en solitario contra el Eje, sus dirigentes encabezados por Churchill, llegan a la conclusión realista de que no podían ganar la guerra europea y que la única alternativa para evitar la derrota era lograr que Rusia y los EE.UU. entrar en la guerra contra los nazis.

A partir de ello, los servicios de inteligencia británicos se abocan a provocar que eso sea así. Es decir a llevar a Hitler a que vaya a la guerra contra ambos países, que era la única alternativa para evitar la derrota británica.

También el año pasado, apareció el libro de Maichel Dobbs "La Hora de Churchill" en el cual analiza como Gran Bretaña actuó deliberadamente para provocar el ataque japonés a EE.UU., que necesitaba para ganar la guerra.

Paralelamente, se actuaba para provocar el ataque alemán a Rusia.

La estrategia elegida, fue hacer creer a Hitler que si atacaba a los soviéticos, entonces el bando británico pacifista supuestamente encabezado por Lord Halifax, depondría a Churchill y aceptaría la paz con Gran Bretaña.

Creyendo Hitler que este bando realmente existía, se decide a atacar a Rusia y propone al hipotético gobierno británico pacifista que supuestamente iba a hacerse cargo del poder, retirarse de Francia, Holanda, Dinamarca y parte de Polonia.

Como suele suceder con estos planes, se van de control y creyendo los alemanes que la crisis británica es inminente, Hess con conocimiento de Hitler decide ir a Gran Bretaña a cerrar el acuerdo con el nuevo gobierno británico que iba a desplazar a Churchill con intención de terminar la guerra.

Allen sostiene que los dirigentes británicos del momento usaron medios para cumplir sus propósitos que "fueron ingeniosos y extremadamente sutiles, pero también totalmente carentes de escrúpulos. Eran actos de hombres desesperados que debían optar entre una derrota catastrófica y la supervivencia nacional", que es la misma conclusión a la que arriba Dobbs en su libro citado.

La razón en guardar el secreto -Hess nunca pudo hablar de la Guerra hasta su muerte y varios de los testigos murieron supuestamente eliminados por la inteligencia británica- fue que saldría al descubierto que la guerra de Alemania contra Rusia, en gran medida fue inducida por los británicos y en consecuencia los millones de rusos muertos podían haberse evitado. En la época de la guerra fría, esto pudo haber sido muy negativo para Gran Bretaña.

En segundo término, que los ingleses pudieron haber llegado a un acuerdo de paz razonable con los alemanes en los primeros meses de 1941 y que optaron por continuar la guerra, por la persistencia y convicción de Churchill.

Pero quizás la conclusión más importante de Allen, es la que dice que la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto entre dos gigantescas personalidades, Hitler y Churchill.

Sostiene que en realidad la guerra no fue resuelta por la supremacía propiamente militar, sino por la mayor capacidad política que demostró el liderazgo británico, que educado para gobernar el Imperio con una perspectiva mundial, moviendo los hilos políticos, diplomáticos y los servicios de inteligencia, para lograr que EE.UU. y Rusia entraran en la guerra, a partir de los respectivos ataques de Japón y Alemania, los cuales fueron inducidos y manipulados por los británicos.

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